- [Dios mío], los hombres te consultan sobre lo que quieren oír, pero no siempre quieren oír lo que tú les respondes. Y el buen siervo tuyo es aquel que no se empeña en oírte decir lo que a él le gustaría, sino que está sinceramente dispuesto a oír lo que tú le digas.
- San Agustín de Hipona
- Básicamente, según la fundación March Madrid, la maternidad ha sido un tema que quedó sancionado desde la patrística hasta el siglo XX. Fue un discurso que se mantuvo inalterable hasta que, en la segunda mitad del siglo XX, se produjo un giro copernicano mediante el cual el cuestionamiento de la maternidad llegó a plantearse de forma radical. En la llamada "Tercera Ola del feminismo", a partir de Simone de Beauvoir, el discurso feminista se ocupó de este tema hasta tal punto que, en las primeras décadas del siglo XXI, la maternidad es un tema de debate político permanente.
Colombia, como muchos países de América Latina, enfrenta una constante discusión jurídica y moral sobre el aborto. Aunque la legislación ha evolucionado para reconocer ciertos derechos reproductivos de la mujer, la influencia de la tradición católica sigue siendo un factor determinante en el debate. La Constitución de 1991, si bien establece la libertad de cultos y el carácter laico del Estado, no ha logrado desvincularse del arraigo religioso que históricamente ha permeado las decisiones jurídicas y políticas del país.
Desde la Filosofía del Derecho, el aborto puede analizarse desde distintas perspectivas. Para el positivismo jurídico, la validez del derecho radica en lo que dicten las normas aprobadas por el Estado, por lo que si una ley permite el aborto bajo ciertos criterios, debe ser acatada sin considerar principios morales o religiosos. Por otro lado, el iusnaturalismo, que parte de la existencia de un derecho superior y universal, sostiene que la vida es sagrada desde la concepción, y por lo tanto, ninguna norma humana podría justificar su interrupción.
En el plano religioso, es imprescindible analizar la influencia de la Patrística, corriente teológica que sentó las bases del cristianismo entre los siglos I y VIII d.C. Según la Enciclopedia Significados, la Patrística fue el primer intento de sistematizar la doctrina cristiana y defenderla ante corrientes filosóficas externas.
Pensadores como San Agustín de Hipona, San Jerónimo, San Ambrosio y San Gregorio Magno fueron fundamentales en la consolidación del pensamiento cristiano sobre la vida y la moral. Para ellos, el cuerpo de la mujer era un templo sagrado diseñado para la maternidad, y cualquier acción que interrumpiera el proceso natural de gestación era vista como un atentado contra la voluntad divina. San Agustín, influenciado por el pensamiento aristotélico, consideraba que el alma se infundía en el feto en un determinado momento del desarrollo, pero aun así condenaba el aborto como un pecado grave. Esta visión ha perdurado a lo largo de los siglos y sigue siendo un argumento central en los sectores más conservadores de la sociedad colombiana. No obstante, el derecho contemporáneo ha buscado equilibrar esta perspectiva con los principios de autonomía y dignidad humana, reconociendo que la mujer tiene el derecho de decidir sobre su propio cuerpo dentro de ciertos límites jurídicos. Así, el debate sobre el aborto en Colombia no solo es una cuestión de derecho positivo, sino también un reflejo de la tensión entre tradición y modernidad, entre la normatividad estatal y la moral religiosa, elementos que siguen definiendo el panorama jurídico del país.
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