lunes, 24 de febrero de 2025

AUTORES

 Cultura


La cultura es el conjunto de conocimientos, creencias, valores, costumbres, prácticas y comportamientos que comparten los miembros de una sociedad. Se expresa en el lenguaje, la religión, el arte, las normas y las instituciones. Es un fenómeno dinámico que evoluciona con el tiempo, moldeando la identidad de los individuos y su forma de interactuar con el mundo. La cultura no solo se transmite de generación en generación, sino que también se transforma a medida que las sociedades se enfrentan a nuevos desafíos y oportunidades. Cada comunidad tiene una cultura única que refleja su historia, su entorno y sus valores fundamentales.


El concepto de cultura ha sido ampliamente debatido y definido desde diversas disciplinas como la antropología, la sociología y la filosofía. En términos generales, la cultura se entiende como el conjunto de conocimientos, creencias, valores, normas, costumbres, prácticas y expresiones simbólicas compartidas por un grupo de personas dentro de una sociedad.

Características principales de la cultura:

1. Es aprendida: No es innata, sino que se transmite de generación en generación a través de la educación, la socialización y la experiencia.

2. Es dinámica: Evoluciona con el tiempo debido a factores como la globalización, el desarrollo tecnológico y los cambios sociopolíticos.

3. Es simbólica: Se expresa mediante símbolos como el lenguaje, el arte, la religión y los rituales.

4. Es compartida: Aunque cada individuo tiene experiencias personales, la cultura es un fenómeno colectivo que une a los miembros de una comunidad.

5. Es diversa: No existe una única cultura, sino múltiples manifestaciones culturales que varían según el contexto histórico y geográfico.



Cinco Autores sobre Cultura



Edward B. Tylor: Antropólogo británico (1832-1917). Considerado el fundador de la antropología cultural. Su obra más influyente es ‘Primitive Culture’ (1871), donde define la cultura como un todo complejo.

Clifford Geertz: Antropólogo estadounidense (1926-2006). En ‘La interpretación de las culturas’ (1973), propone una visión simbólica de la cultura, entendida como un sistema de significados compartidos.

Pierre Bourdieu: Sociólogo francés (1930-2002). Su concepto de ‘habitus’ explica cómo la cultura influye en la percepción y comportamiento de los individuos dentro de una sociedad.

Margaret Mead: Antropóloga estadounidense (1901-1978). Investigó la influencia de la cultura en la personalidad, destacándose su estudio sobre la adolescencia en Samoa.

Raymond Williams: Crítico cultural británico (1921-1988). Argumentó que la cultura es un proceso en constante cambio y que incluye tanto las artes como las formas de vida cotidianas.

Franz Boas (1858-1942): Antropólogo alemán-estadounidense, fundador de la antropología cultural en EE.UU, introdujo el concepto de relativismo cultural. Rechazó el evolucionismo cultural y defendió que las culturas deben analizarse en su propio contexto.

Stuart Hall (1932-2014): Sociólogo y teórico cultural jamaicano-británico, figura clave en los estudios culturales británicos. Analizó la influencia de los medios en la construcción de identidades. Propuso que la cultura es un espacio de lucha ideológica y representación.

Michel Foucault (1926-1984): Filósofo e historiador francés. Estudió la cultura desde la relación entre poder y conocimiento. Analizó cómo las instituciones y discursos moldean el pensamiento y las normas sociales. Obras clave: Las palabras y las cosas, Vigilar y castigar.



Pensamiento de los Autores




Edward B. Tylor definió la cultura como un conjunto complejo que incluye conocimientos, creencias, arte, moral, leyes y costumbres adquiridas por los seres humanos como miembros de una sociedad. Su enfoque es evolutivo, viendo la cultura como un proceso de desarrollo progresivo.

Clifford Geertz propuso que la cultura debe entenderse como un sistema de significados simbólicos. Para él, los seres humanos interpretan su mundo a través de estos símbolos, y la cultura proporciona un marco para esa interpretación.

Pierre Bourdieu introdujo el concepto de ‘habitus’, que describe la manera en que la cultura moldea las prácticas sociales y la percepción del mundo. Consideraba que la cultura no es neutral, sino que refuerza desigualdades de poder dentro de la sociedad.

Margaret Mead argumentó que la cultura influye en la formación de la personalidad y que no hay una única forma ‘natural’ de ser humano, sino que nuestras actitudes y comportamientos son moldeados por la cultura en la que crecemos.

Raymond Williams enfatizó que la cultura es un proceso dinámico que abarca tanto expresiones artísticas como formas de vida. Destacó que la cultura es un campo de lucha en el que se negocian significados y valores.

Franz Boas: La cultura como construcción histórica y social, Franz Boas revolucionó la antropología al rechazar el determinismo biológico y el evolucionismo cultural que predominaban en su época. Mientras que muchos antropólogos del siglo XIX creían que las culturas seguían un desarrollo lineal desde lo primitivo hasta lo civilizado, Boas argumentó que cada cultura tiene su propia historia y no puede ser juzgada con los estándares de otra.

Su concepto de relativismo cultural establece que todas las culturas son igualmente válidas y deben entenderse en su propio contexto, sin compararlas bajo una jerarquía de desarrollo. Boas también destacó la importancia del trabajo de campo etnográfico, insistiendo en que los antropólogos deben estudiar directamente a las sociedades que investigan en lugar de basarse en informes externos.

Sobre la vida, Boas tenía una perspectiva profundamente humanista. Se oponía al racismo y al uso de la ciencia para justificar la discriminación. Para él, la diversidad cultural era una riqueza y una prueba de la capacidad humana para adaptarse y crear diferentes formas de vivir en el mundo.

Stuart Hall: La cultura como representación y lucha de poder: Stuart Hall fue una figura clave en los estudios culturales británicos y analizó la cultura desde la perspectiva de la representación y el poder. Para Hall, la cultura no es algo estático, sino un espacio de negociación de significados. Argumentaba que las representaciones culturales—ya sea en los medios, el lenguaje o las artes—no son neutrales, sino que reflejan relaciones de poder e ideologías.

Uno de sus conceptos más importantes es el de codificación y decodificación, que explica cómo los medios de comunicación transmiten mensajes con intenciones específicas, pero los receptores pueden interpretarlos de diferentes maneras según su contexto social y su experiencia personal.

Michel Foucault: Cultura, poder y control social: Michel Foucault analizó la cultura desde la perspectiva del poder y el discurso. Para él, la cultura no es solo un conjunto de costumbres o tradiciones, sino un sistema de saberes que define lo que es normal y lo que no lo es. Explicó que las instituciones (como la escuela, la iglesia, el hospital y la prisión) influyen en la forma en que pensamos y nos comportamos, utilizando el conocimiento como una herramienta de control.

En Las palabras y las cosas, Foucault estudió cómo las categorías de conocimiento han cambiado a lo largo de la historia, mostrando que lo que consideramos “verdad” está condicionado por el momento histórico en que vivimos. En Vigilar y castigar, analizó cómo la disciplina y la vigilancia se han convertido en mecanismos de control en la sociedad moderna, comparando las cárceles con la estructura de otras instituciones.

Sobre la vida, Foucault tenía una visión radical. Creía que el individuo no es completamente libre, ya que está condicionado por estructuras de poder invisibles. Sin embargo, también pensaba que la resistencia es posible y que las personas pueden desafiar y redefinir las normas culturales. Para él, la vida debía ser un acto de autoconstrucción, en el que cada persona buscara su propio camino en lugar de aceptar las normas impuestas por la sociedad.


jueves, 6 de febrero de 2025

VOCES DE RESILIENCIA Y CULTURA







Valentina Gutiérrez Villar

CULTURA E HISTORIA DE LAS RELIGIONES

LUNES 2-4PM


Estudiante de Derecho, 21 años, noveno semestre, Universidad Sergio Arboleda, apasionada por el derecho civil Familia, Contratación Estatal y el papel fundamental de la moralidad en la justicia. 

Así mismo egresada de la I.E.D Escuela Normal Superior María Auxiliadora, donde siempre estuve influenciada por la docencia, que la veo como una vocación, aprendo y me gusta enseñar.


Jesucristo 100% Dios y 100% hombre. (2018). Salvos Porgracia.
https://www.salvosporgracia.com/jesus-dios-y-hombre

Introducción

Mi experiencia con Dios ha sido muy particular y peculiar. Para entenderlo, es importante mencionar que desde los 5 hasta los 17 años estudié en un colegio católico, la Normal de Señoritas. Hice mi primera comunión y confirmación, pero había algo en mí que no se sentía completamente feliz en dicha religión.

Mi Proceso Espiritual

En este orden de ideas, en 2021, comienzo un proceso de relación más cercana con Dios y empecé a asistir a iglesias cristianas, influenciada por mi padre, quien me llevaba cuando era niña. Desde ese momento hasta 2024, me sentí cómoda con esa forma de amar y adorar al Creador, lo cual me proporcionaba paz. Sin embargo, sentía que no estaba totalmente convencida de lo que transmitían las iglesias. Investigando más sobre el tema, comprendí que las iglesias, como estructuras físicas, son creación del hombre, pero su esencia proviene de la Biblia. Así mi segunda etapa religiosa, la enfoqué en mi espiritualidad  y práctica de las enseñanzas de Dios en mi vida.

Puedo llegar a decir, que estamos en un mundo muy globalizado y reglado, donde debemos seguir masas y esa no es la idea, lo más razonable es que cada quien encuentre su esencia y eso fue lo que yo entendí y quise para mi vida, seguir el proceso que yo misma sentía en mi corazón, no el que todos consideraban el "correcto", esto no significa que era rebelde o quería hacer lo que siempre está mal, sino cuestionarse un poco lo que ya esta y ver otro métodos que incluso pueden llegar a ser mejor, Dios no tiene distinción de raza, color o género y es seguro que nos ama a todos por igual.

Reflexión Personal

He vivido en los extremos de la religión católica y cristiana (o evangélica). Noté que en ninguna de las dos me sentía completamente plena. Encontré tranquilidad cuando decidí comprender el significado de Dios en mi vida más allá de una religión. Mi propósito es hacer lo que agrada a Dios y alejar lo que no está bien. Muchas veces dejamos que las personas a nuestro alrededor nos influyan al punto de perder nuestra esencia para complacer a otros, lo cual está mal. Dios nos llama a vivir conforme a nuestros valores y crecimiento personal, no para satisfacer a los demás. A mis 21 años, he entendido que nunca estuve ajena al tema religioso, pues siempre conté con la guía de monjas, sacerdotes, pastores y personas espirituales. He tomado todo ese aprendizaje para fortalecer mi relación con Dios.

Eventualmente, esa misma, es primordial que sea conservada y llevada de una forma amorosa y respetuosa, no solo de boca sino de actuar, pues la salvación es individual, depende de cada uno lo que quiere hasta el final de ustedes y después de ahí, yo me encargue de hacer eso posible desde que entendí que esta vida es pasajera y lo único que dejaremos son las buenas acciones que hagamos, no por uno mismo se debe hacer las cosas sino para agradar a Dios y realmente encontrar una serenidad, es  cuando concibes la idea que estas haciendo las cosas bien y lo que venga más adelante será fruto de todo eso que se trabajó, en palabras,  comienzan a llegar muchas bendiciones.

Conclusión

Las religiones no son malas, sino quienes las lideran. A veces, el dinero y el protagonismo desvían la esencia de la fe. Dios está presente dentro y fuera de una iglesia; todo depende de cómo cada uno maneja su espiritualidad. Es importante actuar con justicia y moralidad, aunque no siempre sea fácil como seres humanos. Si queremos obrar conforme a lo que nuestro Creador desea, debemos ser firmes con nuestros criterios y compromisos. Quisiera agregar, que para lograr  una buena convivencia o relación con Dios, es esencial vivir tú camino de pasos, porque si vas muy lento puedes dañarlo y si vas muy rápido puedes llenarlo de mucha información y no vas a saber que hacer con tanto, como me paso a mi, es decir, sin importar lo uno o lo otro se debe estar firme y consciente de hasta donde uno quiere llegar, conforme a lo que ve, sabe y siente. Es por eso, que hoy en día puedo decir que mi relación con Dios está bien, con altas y bajas pero recordando cada día que su presencia está en mi vida y obra para que cada día pueda encontrar los espacios, personas y situaciones adecuadas para mi crecimiento espiritual, profesional y familiar.




Cultura


La cultura es el conjunto de conocimientos, creencias, valores, costumbres, prácticas y comportamientos que comparten los miembros de una sociedad. Se expresa en el lenguaje, la religión, el arte, las normas y las instituciones. Es un fenómeno dinámico que evoluciona con el tiempo, moldeando la identidad de los individuos y su forma de interactuar con el mundo. La cultura no solo se transmite de generación en generación, sino que también se transforma a medida que las sociedades se enfrentan a nuevos desafíos y oportunidades. Cada comunidad tiene una cultura única que refleja su historia, su entorno y sus valores fundamentales.


El concepto de cultura ha sido ampliamente debatido y definido desde diversas disciplinas como la antropología, la sociología y la filosofía. En términos generales, la cultura se entiende como el conjunto de conocimientos, creencias, valores, normas, costumbres, prácticas y expresiones simbólicas compartidas por un grupo de personas dentro de una sociedad.

Características principales de la cultura:

1. Es aprendida: No es innata, sino que se transmite de generación en generación a través de la educación, la socialización y la experiencia.

2. Es dinámica: Evoluciona con el tiempo debido a factores como la globalización, el desarrollo tecnológico y los cambios sociopolíticos.

3. Es simbólica: Se expresa mediante símbolos como el lenguaje, el arte, la religión y los rituales.

4. Es compartida: Aunque cada individuo tiene experiencias personales, la cultura es un fenómeno colectivo que une a los miembros de una comunidad.

5. Es diversa: No existe una única cultura, sino múltiples manifestaciones culturales que varían según el contexto histórico y geográfico.



Cinco Autores sobre Cultura



Edward B. Tylor: Antropólogo británico (1832-1917). Considerado el fundador de la antropología cultural. Su obra más influyente es ‘Primitive Culture’ (1871), donde define la cultura como un todo complejo.

Clifford Geertz: Antropólogo estadounidense (1926-2006). En ‘La interpretación de las culturas’ (1973), propone una visión simbólica de la cultura, entendida como un sistema de significados compartidos.

Pierre Bourdieu: Sociólogo francés (1930-2002). Su concepto de ‘habitus’ explica cómo la cultura influye en la percepción y comportamiento de los individuos dentro de una sociedad.

Margaret Mead: Antropóloga estadounidense (1901-1978). Investigó la influencia de la cultura en la personalidad, destacándose su estudio sobre la adolescencia en Samoa.

Raymond Williams: Crítico cultural británico (1921-1988). Argumentó que la cultura es un proceso en constante cambio y que incluye tanto las artes como las formas de vida cotidianas.

Franz Boas (1858-1942): Antropólogo alemán-estadounidense, fundador de la antropología cultural en EE.UU, introdujo el concepto de relativismo cultural. Rechazó el evolucionismo cultural y defendió que las culturas deben analizarse en su propio contexto.

Stuart Hall (1932-2014): Sociólogo y teórico cultural jamaicano-británico, figura clave en los estudios culturales británicos. Analizó la influencia de los medios en la construcción de identidades. Propuso que la cultura es un espacio de lucha ideológica y representación.

Michel Foucault (1926-1984): Filósofo e historiador francés. Estudió la cultura desde la relación entre poder y conocimiento. Analizó cómo las instituciones y discursos moldean el pensamiento y las normas sociales. Obras clave: Las palabras y las cosas, Vigilar y castigar.



Pensamiento de los Autores




Edward B. Tylor definió la cultura como un conjunto complejo que incluye conocimientos, creencias, arte, moral, leyes y costumbres adquiridas por los seres humanos como miembros de una sociedad. Su enfoque es evolutivo, viendo la cultura como un proceso de desarrollo progresivo.

Clifford Geertz propuso que la cultura debe entenderse como un sistema de significados simbólicos. Para él, los seres humanos interpretan su mundo a través de estos símbolos, y la cultura proporciona un marco para esa interpretación.

Pierre Bourdieu introdujo el concepto de ‘habitus’, que describe la manera en que la cultura moldea las prácticas sociales y la percepción del mundo. Consideraba que la cultura no es neutral, sino que refuerza desigualdades de poder dentro de la sociedad.

Margaret Mead argumentó que la cultura influye en la formación de la personalidad y que no hay una única forma ‘natural’ de ser humano, sino que nuestras actitudes y comportamientos son moldeados por la cultura en la que crecemos.

Raymond Williams enfatizó que la cultura es un proceso dinámico que abarca tanto expresiones artísticas como formas de vida. Destacó que la cultura es un campo de lucha en el que se negocian significados y valores.

Franz Boas: La cultura como construcción histórica y social, Franz Boas revolucionó la antropología al rechazar el determinismo biológico y el evolucionismo cultural que predominaban en su época. Mientras que muchos antropólogos del siglo XIX creían que las culturas seguían un desarrollo lineal desde lo primitivo hasta lo civilizado, Boas argumentó que cada cultura tiene su propia historia y no puede ser juzgada con los estándares de otra.

Su concepto de relativismo cultural establece que todas las culturas son igualmente válidas y deben entenderse en su propio contexto, sin compararlas bajo una jerarquía de desarrollo. Boas también destacó la importancia del trabajo de campo etnográfico, insistiendo en que los antropólogos deben estudiar directamente a las sociedades que investigan en lugar de basarse en informes externos.

Sobre la vida, Boas tenía una perspectiva profundamente humanista. Se oponía al racismo y al uso de la ciencia para justificar la discriminación. Para él, la diversidad cultural era una riqueza y una prueba de la capacidad humana para adaptarse y crear diferentes formas de vivir en el mundo.

Stuart Hall: La cultura como representación y lucha de poder: Stuart Hall fue una figura clave en los estudios culturales británicos y analizó la cultura desde la perspectiva de la representación y el poder. Para Hall, la cultura no es algo estático, sino un espacio de negociación de significados. Argumentaba que las representaciones culturales—ya sea en los medios, el lenguaje o las artes—no son neutrales, sino que reflejan relaciones de poder e ideologías.

Uno de sus conceptos más importantes es el de codificación y decodificación, que explica cómo los medios de comunicación transmiten mensajes con intenciones específicas, pero los receptores pueden interpretarlos de diferentes maneras según su contexto social y su experiencia personal.

Michel Foucault: Cultura, poder y control social: Michel Foucault analizó la cultura desde la perspectiva del poder y el discurso. Para él, la cultura no es solo un conjunto de costumbres o tradiciones, sino un sistema de saberes que define lo que es normal y lo que no lo es. Explicó que las instituciones (como la escuela, la iglesia, el hospital y la prisión) influyen en la forma en que pensamos y nos comportamos, utilizando el conocimiento como una herramienta de control.

En Las palabras y las cosas, Foucault estudió cómo las categorías de conocimiento han cambiado a lo largo de la historia, mostrando que lo que consideramos “verdad” está condicionado por el momento histórico en que vivimos. En Vigilar y castigar, analizó cómo la disciplina y la vigilancia se han convertido en mecanismos de control en la sociedad moderna, comparando las cárceles con la estructura de otras instituciones.

Sobre la vida, Foucault tenía una visión radical. Creía que el individuo no es completamente libre, ya que está condicionado por estructuras de poder invisibles. Sin embargo, también pensaba que la resistencia es posible y que las personas pueden desafiar y redefinir las normas culturales. Para él, la vida debía ser un acto de autoconstrucción, en el que cada persona buscara su propio camino en lugar de aceptar las normas impuestas por la sociedad.


PROYECCIÓN SOCIAL: BARRIO MARIA EUGENIA- I.E.D.JACKELINE KENNEDY



Como estudiantes de Derecho, en la asignatura Cultura e Historia de las Religiones, hicimos una proyección social en el barrio Maria Eugenia, específicamente en el colegio I.E.D JACKELINE KENNEDY, con él fin de regalarles a los estudiantes un momento de unión y mucha reflexión. 


Fueron dos salidas, pero la segunda ya pudimos tener contacto con nuestros objetivos, que eran los alumnos de esta institución, enriquecerse de los jóvenes y enseñarles cosas positivas es un mecanismo de fortalecimiento social excelente.


La abogacía, tiene muchos retos pero sobre todo generar consciencia y educación, es el pilar fundamental para producir carácter y coherencia en las personas que día a día nos topamos, siendo una manera eficaz de llevar palabras de ligereza y sabiduría a estos aprendices que apenas están empezando a vivir.




Culturas Híbridas
Néstor García Canclini

Idea Fundamental del Texto

El libro "Culturas Híbridas" de Néstor García Canclini explora la idea de que las culturas en América Latina son el resultado de una mezcla de tradiciones indígenas, europeas y africanas. Esta mezcla ha generado culturas híbridas que son únicas y diferentes de las culturas europeas o norteamericanas. García Canclini argumenta que esta hibridez cultural es el resultado de la historia de la región, que ha estado marcada por la colonización, la esclavitud y la migración.

La idea fundamental del libro es que las culturas híbridas en América Latina no son simplemente una mezcla de culturas diferentes, sino que han generado una identidad cultural propia y única. Esta identidad cultural se expresa en la música, la literatura, la arte y la vida cotidiana de las personas en la región. García Canclini también analiza cómo estas culturas híbridas se relacionan con la modernidad, la globalización y la identidad, y cómo están constantemente evolucionando y cambiando.

Estructura del Texto

El libro se divide en varias secciones que exploran diferentes aspectos de las culturas híbridas en América Latina. Algunos de los temas clave incluyen:

- La formación de las culturas híbridas en América Latina
- La relación entre la cultura y la modernidad
- El papel de la globalización en la formación de las culturas híbridas
- La importancia de la identidad cultural en la construcción de las culturas híbridas

Reflexión como Abogada

Al reflexionar sobre el libro "Culturas Híbridas", me doy cuenta de la importancia de considerar el contexto cultural y histórico en el que se desarrollan las leyes y las instituciones. Me parece fundamental reconocer que la identidad cultural es un aspecto esencial de la construcción de las sociedades y que, como abogados, debemos ser conscientes de la diversidad cultural que existe en nuestra sociedad.

Esto me lleva a comprender la necesidad de promover la inclusión y la participación de las comunidades marginadas en la toma de decisiones jurídicas. Es crucial considerar las necesidades y perspectivas de las comunidades indígenas, afrodescendientes y migrantes en la aplicación de las leyes y la resolución de conflictos.

Además, me hace reflexionar sobre la importancia de cuestionar las nociones tradicionales de la identidad y la cultura, y de considerar la complejidad y la diversidad de las experiencias culturales en América Latina. Es fundamental promover la justicia y la igualdad para todas las personas, independientemente de su origen cultural o étnico.

El libro "Culturas Híbridas" de Néstor García Canclini es una obra fundamental para entender la complejidad cultural de América Latina. El autor presenta una visión crítica de la forma en que se han construido las identidades culturales en la región, y cómo estas identidades han sido influenciadas por la historia, la política y la economía.

García Canclini argumenta que las culturas en América Latina no son homogéneas, sino que están formadas por una mezcla de tradiciones indígenas, europeas y africanas. Esta mezcla ha generado culturas híbridas que son únicas y diferentes de las culturas europeas o norteamericanas.

El autor también analiza cómo estas culturas híbridas se relacionan con la modernidad, la globalización y la identidad. Argumenta que la modernidad ha sido una fuerza que ha impulsado la homogeneización cultural, pero que también ha creado oportunidades para la resistencia y la creación de nuevas identidades culturales.

En cuanto a la globalización, García Canclini argumenta que ha creado nuevas oportunidades para la circulación de bienes y ideas culturales, pero que también ha generado desafíos para la preservación de las identidades culturales locales.

Finalmente, el autor reflexiona sobre la importancia de la identidad cultural en la construcción de las sociedades. Argumenta que la identidad cultural es un aspecto fundamental de la construcción de las sociedades, y que debemos ser conscientes de la diversidad cultural que existe en nuestra sociedad.

En resumen, el libro "Culturas Híbridas" de Néstor García Canclini es una obra fundamental para entender la complejidad cultural de América Latina. El autor presenta una visión crítica de la forma en que se han construido las identidades culturales en la región, y cómo estas identidades han sido influenciadas por la historia, la política y la economía.




ÓSCAR ALEJANDRO PÉREZ PALOMINO

UNA MIRADA HACIA EL PASADO, PRESENTE Y FUTURO.
QUÉ ES EL CONFLICTO?
CÓMO HEMOS VIVIDO TANTO TIEMPO ASI?
EL SER HUMANO SE ADAPTA AL CONFLICTO?



Nombre del texto: Fratelli tutti – Carta Encíclica del Papa Francisco sobre la fraternidad y la amistad social (3 de octubre del 2020)



Fratelli tutti es una encíclica social en la que el Papa Francisco hace un llamado a construir un mundo más justo y fraterno, basado en la dignidad humana, la solidaridad y el amor universal. Inspirado en San Francisco de Asís, el documento aborda temas como la cultura del descarte, las desigualdades sociales, la migración, la política, el diálogo interreligioso y la paz.

Es decir:


Cultura del descarte: El Papa Francisco usa esta expresión para denunciar que en el mundo actual se trata a algunas personas como si fueran objetos desechables: ancianos, migrantes, pobres, enfermos, etc. La sociedad tiende a "descartar" a quienes no son considerados útiles o rentables, en vez de respetar su dignidad.

Desigualdades sociales: Se refiere a la enorme brecha entre ricos y pobres. Francisco critica que haya tanta concentración de riqueza en pocas manos mientras millones de personas viven en pobreza extrema. Dice que esto no es natural ni inevitable: es el resultado de sistemas económicos y sociales injustos que deben cambiar.

Migración: Aquí el Papa habla del drama de las personas obligadas a dejar sus países por guerras, pobreza o persecución. Pide que los migrantes sean acogidos, protegidos y respetados en su dignidad, no tratados como amenazas o problemas.

Política: Francisco critica una política centrada en intereses individuales o de partido, y propone una "buena política" que busque realmente el bien común, especialmente de los más débiles. La política debería ser una forma alta de caridad.

Diálogo interreligioso: El Papa invita a los creyentes de todas las religiones a dialogar sinceramente, buscando la paz y la cooperación, sin odios ni violencia. Especialmente destaca el papel de las religiones en promover valores como el respeto, el amor y la justicia.

Paz: Para Francisco, la paz verdadera no se logra solo con ausencia de guerra, sino construyendo sociedades más justas, basadas en la verdad, la memoria, el perdón y la reconciliación. No es un estado pasivo, sino algo que se construye día a día con acciones concretas.

El Papa critica el individualismo y la “cultura de los muros”, promoviendo una “cultura del encuentro” que fomente el diálogo y la amistad social. Resalta la importancia de una política orientada al bien común, denuncia la injusticia estructural y defiende la dignidad humana como centro de todo orden social.

Además, rechaza la guerra y la pena de muerte, proponiendo en cambio una justicia restaurativa que promueva la reconciliación y la inclusión.

En resumen, Fratelli tutti es una invitación a reconocer al otro como hermano o hermana, promoviendo una fraternidad abierta que trascienda fronteras y diferencias.



Reflexión como estudiante de Derecho

Desde la perspectiva jurídica, Fratelli tutti ofrece una reflexión valiosa sobre los principios fundamentales que deben inspirar el Derecho: la dignidad humana, el bien común, la justicia social y la solidaridad.

El llamado del Papa a una “mejor política” me interpela como estudiante de Derecho, pues me recuerda que las leyes deben estar al servicio de las personas y no de los intereses económicos o ideológicos. La crítica a la pena de muerte y la apuesta por la justicia restaurativa evidencian un enfoque humanista que debería estar presente en todo sistema jurídico moderno.

Asimismo, la encíclica resalta la importancia del diálogo, el respeto mutuo y la cooperación internacional, valores esenciales para un Derecho global más justo. En suma, este texto me inspira a trabajar por un Derecho que no solo regule, sino que también humanice, repare y promueva la fraternidad en sociedad.


La carta encíclica Fratelli tutti del Papa Francisco (3 de octubre de 2020):


Capítulo 1: Las sombras de un mundo cerrado

Analiza los problemas actuales: individualismo, globalización que no une, guerras, migraciones forzadas, xenofobia y desigualdades.

Denuncia el debilitamiento de los valores humanos y el aumento de la desconfianza y la violencia.

Llama a superar las divisiones y buscar caminos de encuentro.

Capítulo 2: Un extraño en el camino

Reflexiona sobre la parábola del Buen Samaritano.

Destaca que el amor al prójimo es central: todos somos responsables unos de otros.

Invita a actuar como el Samaritano, atendiendo a los necesitados sin excluir a nadie.


Capítulo 3: Pensar y gestar un mundo abierto

Habla de la necesidad de abrirse al otro, superar egoísmos y nacionalismos cerrados.

Señala que cada persona tiene un valor sagrado, independientemente de su origen o situación.

Promueve un amor que trasciende las fronteras y respeta la dignidad humana.


Capítulo 4: Un corazón abierto al mundo entero

Aboga por una globalización más humana y solidaria.

Plantea la necesidad de acoger, proteger, promover e integrar a los migrantes.

Defiende la cultura del encuentro y el enriquecimiento mutuo.


Capítulo 5: La mejor política

Define la política como un instrumento fundamental para construir fraternidad.

Critica el populismo y el liberalismo extremo que marginan a los más débiles.

Propone una política con base en la caridad, que busque el bien común y sea promotora de derechos humanos.


Capítulo 6: Diálogo y amistad social

Destaca la importancia del diálogo auténtico y del respeto a la diversidad.

El verdadero diálogo no anula las diferencias, sino que las integra constructivamente.

Llama a un estilo de vida basado en la amabilidad, la escucha y la apertura.


Capítulo 7: Caminos de reencuentro

Habla de sanar heridas del pasado a través del perdón y la reconciliación.

No se debe olvidar el sufrimiento, pero sí buscar justicia sin venganzas.

Insiste en la necesidad de construir la paz como tarea paciente y permanente.


Capítulo 8: Las religiones al servicio de la fraternidad en el mundo.

Reconoce que las religiones tienen un papel esencial en promover la fraternidad y la paz.

Defiende la libertad religiosa como derecho fundamental.

Invita a un diálogo interreligioso auténtico y comprometido.

Recuerda el Documento sobre la Fraternidad Humana firmado en Abu Dabi (2019).


Conclusión:

El Papa concluye pidiendo que todos, creyentes y no creyentes, se unan para construir un mundo más fraterno.

Finaliza con una oración cristiana ecuménica y una oración al Creador por la fraternidad universal.


El diálogo constructivo entre los pastores católicos del Magdalena y los candidatos a cargos públicos en las elecciones regionales de 2023 se estructuró en torno a varios momentos clave:





Cada uno con objetivos y contenidos específicos. A continuación, se presenta un resumen detallado de estos momentos:


1. Convocatoria e Inspiración Ética

Las Diócesis de Santa Marta y El Banco convocaron a los candidatos a la gobernación, alcaldías, concejos y asamblea del Magdalena a un encuentro el 28 de septiembre de 2023. El propósito fue promover un diálogo basado en la encíclica Fratelli Tutti del Papa Francisco, resaltando la política como una forma elevada de caridad orientada al bien común. Monseñor José Mario Bacci Trespalacios, obispo de Santa Marta y administrador apostólico de la Diócesis de El Banco, enfatizó la necesidad de una política inspirada en valores humanistas y evangélicos, respetando la autonomía del ejercicio político.  


2. Encuentro y Reflexión Compartida

El encuentro se llevó a cabo en el Colegio Diocesano San José, donde Monseñor Bacci presidió la sesión. Durante el evento, se entregaron ejemplares de una versión editada de la encíclica Fratelli Tutti a los participantes. Se discutió la importancia de que el Evangelio y la política trabajen conjuntamente en la promoción del bien común, la defensa de los más vulnerables y la transformación de la sociedad mediante el respeto y la honestidad.  


3. Compromisos y Pactos Éticos

En el marco de este diálogo, se promovieron pactos éticos entre los candidatos, inspirados en iniciativas de la Comisión de Conciliación Nacional de la Conferencia Episcopal de Colombia. Estos pactos buscan fomentar campañas políticas decentes, respetuosas y libres de corrupción, centradas en la reconciliación y la paz. Se alentó a los candidatos a incluir en sus planes de desarrollo propuestas que respondan a las necesidades reales de las comunidades, especialmente de los más pobres y marginados.  

4. Participación de Líderes Religiosos y Compromisos Políticos

En eventos paralelos, líderes religiosos, incluidos pastores de Santa Marta, expresaron su respaldo a ciertos candidatos, destacando la importancia de continuar políticas públicas que promuevan la libertad religiosa y de culto. Los candidatos, por su parte, se comprometieron a fortalecer estas políticas y a trabajar en conjunto con las comunidades religiosas para edificar una sociedad basada en valores como la solidaridad y el respeto.  

Este proceso de diálogo entre la Iglesia Católica y los candidatos políticos en el Magdalena en 2023 refleja un esfuerzo por integrar principios éticos y valores humanistas en la práctica política, buscando una transformación positiva de la sociedad a través de la colaboración y el respeto mutuo. 




Reflexión Humanismo Integral 





En mi proceso de formación como estudiante de Derecho, me he encontrado con múltiples corrientes filosóficas, teorías jurídicas y marcos normativos que pretenden dar cuenta del fenómeno jurídico. Sin embargo, pocas perspectivas me han interpelado tanto como el humanismo integral, una concepción que va más allá del derecho positivo o de la técnica legal, y que se adentra en la comprensión profunda de la persona humana como centro y fin del orden jurídico.

El humanismo integral, especialmente en la línea propuesta por Jacques Maritain, parte de una visión amplia y compleja del ser humano. No lo reduce a una dimensión biológica, económica o incluso meramente racional, sino que lo reconoce como un ser dotado de dignidad, libertad, espiritualidad y apertura al otro. Esta visión se convierte en un llamado a repensar las estructuras sociales, económicas, políticas y jurídicas desde la perspectiva de la persona completa y su realización plena, tanto individual como comunitaria.

En este sentido, estudiar Derecho bajo la luz del humanismo integral implica reconocer que la ley no puede ni debe ser un instrumento de dominación, exclusión o tecnocracia. La norma jurídica no es un fin en sí misma, ni su cumplimiento puede desligarse de la justicia material. Si el Derecho no sirve para garantizar la dignidad humana, si no promueve condiciones de vida justas para todos —especialmente para los más vulnerables—, entonces se vacía de sentido. Como estudiante, esto me obliga a preguntarme constantemente: ¿a quién beneficia esta norma?, ¿a quién excluye?, ¿responde verdaderamente a la realidad humana o es una fórmula abstracta que ignora el dolor concreto?

El humanismo integral también me interpela como futuro operador jurídico en relación con mi ética profesional. No basta con conocer códigos, jurisprudencia y doctrina; también debo formarme como una persona íntegra, sensible al sufrimiento ajeno, consciente del poder que tendrá mi voz y mi acción en escenarios jurídicos. Ser abogado o abogada no debe ser sinónimo de elitismo ni de privilegio, sino de compromiso con la verdad, con la justicia y con la transformación social. Y eso no se improvisa: se construye desde ahora, desde las aulas, desde las decisiones cotidianas que revelan el tipo de jurista que quiero ser.

Asimismo, el humanismo integral me invita a comprender que el Derecho no es ajeno a otras disciplinas. Que la economía, la sociología, la filosofía, la teología, la literatura y la política no son compartimentos estancos, sino dimensiones complementarias de la vida humana. Esta mirada multidisciplinaria me enriquece y me impide caer en reduccionismos legalistas. Me recuerda que detrás de cada expediente, cada sentencia o cada reforma legislativa hay personas reales, con historias, sufrimientos, sueños y contextos que merecen ser escuchados.

En un mundo marcado por la indiferencia, la desigualdad y la deshumanización, el humanismo integral representa una esperanza y una exigencia. Nos recuerda que toda estructura, incluyendo la jurídica, debe estar al servicio de la vida y no al revés. En este camino, el Derecho debe humanizarse, y nosotros como estudiantes y futuros profesionales debemos asumir un rol activo en esa tarea.

En conclusión, abrazar el humanismo integral no es solo una postura filosófica; es una forma de vivir y ejercer el Derecho con sentido. Es asumir que nuestra labor no consiste únicamente en aplicar la ley, sino en contribuir a una sociedad más justa, más fraterna y más humana. Y es precisamente ahí, en esa búsqueda de justicia con rostro humano, donde el Derecho encuentra su verdadera vocación.









ABORTO EN COLOMBIA DESDE LA PERSPECTIVA ACTUAL RELACIONADO CON EL CRISTIANISMO Y LA PATRÍSTICA

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